Dejar de vivir preocupado (parte 3)

Si no ha leído las partes 1 y 2 de este artículo, puedes hacerlo aquí.

Tip # 3: Aceptar la incertidumbre

La incapacidad para tolerar la incertidumbre juega un papel muy importante en la ansiedad y la preocupación. Los que viven preocupados no pueden soportar la duda o la imprevisibilidad. Ellos necesitan saber con un 100 por ciento de certeza lo que va a suceder. La preocupación es vista como una forma de predecir lo que el futuro tiene reservado, una forma de evitar sorpresas desagradables y controlar el resultado. El problema es que las cosas no funcionan de esa manera.
Pensar en todas las cosas que podrían salir mal no hace la vida más predecible. Usted puede creer sentirse más seguro cuando estás preocupado, pero eso es sólo una ilusión. Centrándose en los peores escenarios no evitará que algo malo suceda. Al contrario, sólo le impedirá disfrutar de las cosas buenas que tiene en el presente. Así que si usted quiere dejar de preocuparse, comience por aceptar que existen incertidumbres y que no se pude obtener respuestas inmediatas siempre.

Tip # 4: Desafíe sus pensamientos ansiosos

Si usted sufre de ansiedad crónica, es probable que usted vea al mundo de una manera que lo hace parecer más peligroso de lo que realmente es. Por ejemplo, es posible sobreestimar la posibilidad de que las cosas van a salir mal, imaginarse lo peor, o tratar cada pensamiento negativo como si fuera un hecho. También puede desacreditar su propia capacidad para manejar los problemas de la vida, asumiendo que ante primera señal de problemas usted no podrá enfrentarlos. Estas actitudes pesimistas e irracionales se conocen como distorsiones cognitivas.
Aunque las distorsiones cognitivas no están basadas en la realidad, no es fácil renunciara ellas. A menudo, son parte de un patrón de pensar que se ha vuelto tan automático que la persona ni siquiera es consciente de ello. Para romper con estos malos hábitos de pensamiento, dejar de preocuparse y no sentirse ansioso, usted deberá entrenar a su cerebro.

preocupacion

Comience por identificar el pensamiento aterrador, que le asusta o preocupa. Luego, en lugar de ver sus pensamientos como hechos, empiece a tratarlos como hipótesis que podrían darse. Al examinar y desafiar sus preocupaciones y temores, comenzará a desarrollar una perspectiva más equilibrada.
Deje de preocuparse y comience a cuestionar el pensamiento que le mantiene preocupado:

  • ¿Cuál es la evidencia de que ese pensamiento es cierto? ¿Es o no es cierto?
  • ¿Hay alguna manera más positiva y realista de mirar la situación?
  • ¿Cuál es la probabilidad de que lo que me da miedo de verdad sucederá?
  • Si la probabilidad es baja, ¿cuáles son algunos de los resultados más probables?
  • ¿Es útil continuar con este pensamiento? ¿Cómo el preocuparme puede ayudarme y cómo puede hacerme daño?
  • ¿Qué le diría a un amigo si tiene esta preocupación?

La preocupación, como vimos, aparece cuando nos enfocamos en pensar en el futuro, en lo que podría suceder y en lo que podríamos hacer al respecto. Para vencer la preocupación y la ansiedad, es necesario hacer algunos cambios en nuestro pensar, que se reflejará en el actuar y relacionarnos con los demás.
Este accionar, conocido también como Reestructuración Cognitiva, es un proceso en el que se trata los patrones de pensamiento negativo que contribuyen a la ansiedad, sustituyendolos por pensamientos más positivos y a la vez, más realistas.
Esto implica tres pasos:
a) Identificar sus pensamientos negativos.
b) Desafiar esos pensamientos negativos.
c) Reemplazar los pensamientos negativos con pensamientos realistas.

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